Por Cristina Moraga de Uchimura.
Los japoneses tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique. Esta leyenda surge cuando se descubre que la arteria lunar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones, es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de sentimientos. Por eso también el hecho de hacer promesas en algunos países al entrelazar estos dedos con el otro.
La historia en sí cuenta que entre dos o más personas que están predestinadas a tener un lazo afectivo existe un “hilo rojo”, que viene con ellas desde su nacimiento. El hilo existe independientemente del momento de sus vidas en el que las personas vayan a conocerse en ningún caso, aunque a veces pueda estar más o menos tenso, pero es siempre una muestra del vínculo que existe entre ellas.
Una de las leyendas sobre este hilo rojo cuenta que un anciano que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan. Pero la leyenda más popular y la que se recita en casi todos los hogares japoneses a los niños y jóvenes es esta: Hace mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa que tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó a traer a su presencia.
Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que seria su esposa; la bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado en donde una pobre campesina con un bebé en brazos ofrecía sus productos.
Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie e hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: “Aquí termina tu hilo”, pero al escuchar esto, el joven emperador enfureció creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a la pequeña en sus brazos y la hizo caer haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda y el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente. Al levantarle el velo vio por primera vez que este hermoso rostro. Tenía una cicatriz muy peculiar en la frente. Una cicatriz que él mismo había provocado al no ver al destino que había pasado frente a él y también nos muestra como los amores destinados son eso, no podemos escapar de la persona que nació para amarnos.
Espero les guste esta linda leyenda.
AHORA ENTIENDO….
que lindo <3
Flor Florecita O ya entiendo todo!!!
Hermosa historia…Donde estará el otro extremo del hilo rojo.
Aún espero el mío !
Mas chuuu¡¡ Mas tierna¡¡
me encanta
wow se caso con una joven mas que el porque la señorita que empujo era pequeña en ese entonces
Asi, las dos personas unidas por el hilo rojo estan destinadas a ser amantes, independientemente de la hora, el lugar o la circunstancia. Por tanto, este cordon magico se puede estirar o enredar, pero nunca puede romperse.